Hacia
1492 Cristóbal Colón realizó la hazaña de cruzar el Océano Atlántico y
anclar sus carabelas en tierra americana, tomando posesión de la misma
en nombre de la corona española.
Esta
llegada a “Las Indias” -como se pensó- motivó el reclamo del Rey de
Portugal, Juan II, quien logró que los Reyes Católicos acudieran al
Papa Alejandro VI en 1493, en busca de una auténtica y definitiva
interpretación de los derechos de ambas coronas. Se sucederán así las
famosas bulas que establecieron en imprecisos términos los límites de
territorios aún desconocidos. La confusión era tal, que españoles y
portugueses se ven obligados a buscar una solución mediante
negociaciones directas.
El 7
de junio de 1494 representantes de Castilla y Portugal. Firman el
Tratado de Tordesillas. Una línea de demarcación a 370 leguas al oeste
de las islas de Cabo Verde limitaba para el futuro las posesiones
portuguesas (al este) y las españolas (al oeste). Los lusitanos se
lanzaban a la exploración de los nuevos territorios, Don Manuel el
Afortunado -Rey de Portugal- organiza en 1501 la primera expedición
que llegará a estas latitudes para adentrarse en los dominios
españoles, según el límite de Tordesillas. Bajo el mando de Américo
Vespucio, desde el 15 de febrero de 1502, la flota pasó frente a la
desembocadura del Arroyo Chuy a fines de ese mes o en los primeros
días de marzo. Era la primera vez que exploradores europeos
contemplaban estas costas de amplia y desoladas playas arenosas.
El
investigador compatriota R. Laguarda Trías probó con documentos que un
nuevo viaje iniciaron los lusitanos hacia fines de 1511 y si bien
llegaron a estas costas, tampoco hubo toma de posesión por estar al
oeste de la línea de Tordesillas.
Recién
el 8 de octubre de 1515 España pone en marcha su primer expedición
oficial hacia estas latitudes, comandada por el Piloto Mayor Don Juan
Díaz de Solís. La tripulación de las tres naves llegó a avistar estas
costas en 1516.
En
adelante, los relatos acerca de las riquezas de estas tierras llevaron
a España y Portugal a prepararse con sus mayores reservas para imponer
su dominio sobre estos territorios.
En
diciembre: de 1530, el monarca portugués Juan III envía una flota de
cinco naves al mando de Martín Alfonso de Souza acompañado de su
hermano Pêro. Luego de recorrer costa brasileña enfila sus carabelas
en dirección al Plata. Quedó registrado en cartas y documentos
marítimos que frente a una playa llana y arenosa, por donde corre un
pequeño río que se piensa es el Chuy, a causa de un violento temporal,
su nave naufragó en la costa. Según Varnhagen en su Historia General
de Brasil, era el 26 de Setiembre de 1531.
El
historiador brasileño Coronel Emilio Fernández de Souza Docca sostiene
que ese naufragio no fue en el Chuy, sino entre Punta del Este y el
actual arroyo Solís Grande. Lo cierto es que en la cartografía
levantada de esas tierras aparece durante mucho tiempo el actual
Arroyo Chuy con el nombre de Río de M. A. de Souza.
Al
iniciarse el siglo XVII Hernandarias introduce la ganadería en la
llamada Banda Oriental del Uruguay. De hecho, la riqueza ganadera en
la segunda mitad de ese siglo, era extraordinaria. La noticia atrajo a
esta región a faeneros, corambreros, contrabandistas, piratas y otros
personajes que incursionaban violentamente en procura de la riqueza
aprovechable: el cuero.
Dadas
las circunstancias, Portugal y España inician la ocupación de la
“banda vaquería” como se le llamó, sucediéndose las fundaciones de
Colonia (1680). Montevideo (1726) El Fortín de San Miguel (1737) y la
Fortaleza de Santa Teresa (1762). Ahora había otros motivos para que
las dos potencias coloniales reanudaran sus hostilidades.
La
firma del Tratado de Madrid, llamado de Permuta, el 13 de enero de
1750 determinaba las jurisdicciones americanas de ambas coronas
“para que en ningún tiempo se confundan ni den origen a disputas”.
Los
límites entre ambas posesiones se situaban en Castillos Grandes
donde se asentaron los primeros marcos divisorios. Ese tratado
caducó en 1761 en El Pardo.
En
Europa sobreviene la Guerra de los Siete Años entre España y Portugal.
Por
entonces, don Pedro de Cevallos desaloja a los lusitanos de Colonia,
Santa Teresa y San Miguel, pasa por el Chuy y domina el sur
ríograndense. La situación fue inestable y después de idas y venidas
se llegó a la firma del Tratado de San Ildefonso, el 1° de
octubre de 1777. Con él culminaría el largo pleito de las dos potencias por la
demarcación de sus dominios en Sudamérica. Colonia volvía a ser
española y Portugal afianzaba su expansión hacia el oeste de la línea
de Tordesillas. El territorio entre Chuy y Taim pasaba a denominarse
Campo Neutral, esto es “tierra de nadie”. En ese suelo ni portugueses
ni españoles podrían localizar tropas o campamentos ni permitirían
afincarse a sus súbditos. España
primero y Portugal después, perderán ascendencia sobre estos
territorios.
A
las nuevas naciones que surgen (Uruguay y Brasil) les legarán las
diferencias resultantes de constantes litigios para ser enmendadas en
reiterados tratados limítrofes y con la colocación de los marcos
fronterizos a mediados del siglo pasado.
Al
decir de Gustavo Barroso, Director del Museo Histórico Brasileño, “la
fluctuación de nuestra frontera con la actual República Oriental del
Uruguay vista en el mapa muestra como la mejor lección de historia lo
que fue la lucha por alcanzar el punto definitivamente estático a que
afortunadamente llegamos, sin ningún otro peligro próximo de recurso a
las armas” |