DON ATILIO

En el diario EL FANAL correspondiente al 2 de octubre de 1997, su director Bernardo Pilatti, también dedicaba su editorial a la desaparición física de Don Atilio Francois. “En nuestro caso personal-dijo Pilatti- tuvimos la oportunidad de conocerlo cuando llegamos al equipo de informativos de Radio Chuy, a principios de los 80.

Fue una época importante de nuestra vida profesional, dado que ocurrió en un momento en que ganábamos grandes e inolvidables amigos y compañeros de labor, así como un espacio de respeto dentro de esta difícil y delicada función. Fue por esos años que conocimos a Don ATILIO. De las pocas facetas que pudimos descubrir de su personalidad en ese trato, descubrimos su sensibilidad y respeto por la profesión periodística y el funcionario de la misma. Esa misma personalidad lo llevó a ser un héroe deportivo y también a ocupar importantes cargos en CORI y en otras organizaciones de relevancia.

En nuestro caso recordamos con emoción al ATILIO infaltable en cada aniversario de la radio, o simplemente a matear con los muchachos a la hora de preparar los informativos. Nos queda el grato recuerdo del ATILIO preocupado con los problemas de la gente de Chuy, que fueron en definitiva quienes lo impulsaron un día a llevar adelante una empresa de comunicación”.

ATILIO FRANCOIS: “EL LEON DE CARMELO”

Para recordarlo en el ámbito deportivo por el que transito durante toda su vida, debemos decir que el 27 de setiembre de 1997, subía al podio de los elegidos, tras haber disputado la última etapa de su vida. Había nacido el 22 de mayo de 1922 en una pequeña población a 7 kilómetros de la ciudad de Carmelo. Consustanciado hasta la medula con esta frontera, donde había llegado en 1971 para inaugurar CV 148 RADIO CHUY conjuntamente con Ulises Lovezio y Ariel Pinho, dándonos la oportunidad de contar con la primera emisora radial que tuvo nuestra ciudad. Durante cuarto siglo don Atilio acompañó la evolución de esta frontera, palpitando junto a los problemas y recogiendo sus inquietudes para que las aspiraciones populares se hicieran realidad.
Por ese motivo su desaparición física provocó en aquel momento honda consternación entre los habitantes de esta ciudad, que si bien no tuvieron la oportunidad de admirar al deportista, valoraban en cambio al hombre integro y generoso que un 17 de octubre de 1971 se había integrado para siempre a nuestra ciudad inaugurando la radio del “enlace fraterno”.

“APRENDER A PERDER, PARA GANAR EN LA VIDA”

Como deportista podemos señalar que marco una época en el ciclismo uruguaya donde cumplió un ciclo inigualado dentro y fuera de fronteras. Había nacido en las proximidades de Carmelo y cuando contaba 13 años ingreso a la escuela industrial, teniendo que realizar diariamente 30 kilómetros en bicicleta. De esta manera fue adquiriendo un entrenamiento bastante aceptable para intervenir en las competencias de novicios que se realizaban en Carmelo. En el año 1939 se adjudica el Campeonato del Litoral, viajando luego a Montevideo para intervenir en varias competencias defendiendo al Club Carmelo hasta el año 1942 que se incorpora al Velox Club del Uruguay.
En ese año bajo el impulso de Chetto Pelliciari surge la Vuelta del Uruguay, lo que significo un formidable aliciente para las promesas del ciclismo uruguayo. Dominador de todas las rutas de América, conquistó importantes triunfos en Chile, Argentina y Europa, consagrándose en las vueltas de los años 46,47 y 48 pasando además por el vice campeonato mundial de persecución individual, donde fue derrotado en electrizante final por el italiano Aldo Benfenatti.

Generalmente corría con el Nº 13, ganando todas las competencias nacionales en ruta y las Mil Millas Orientales. A los pocos meses de inaugurada “su radio” lo entrevistamos para el programa FRONTERA CHUY, donde nos dejó certeras reflexiones sobre el deporte en general. En un pasaje del mismo nos señalaba que “el ciclismo es el deporte más sacrificado que existe. Esto quiere decir que solamente a base de lucha, sacrificios, sufrimientos y mucha voluntad se puede llegar a un puesto de relevancia. Es necesario renunciar a muchas cosas para poder llegar en forma a una competencia deportiva. Por suerte perdí muchas competencias en mis comienzos, lo que me enseñó que aprendiendo a perder, me permitía ir aprendiendo a ganar. Estas son algunas de las grandes cosas que me dejó el deporte y me gustaría que los jóvenes lo tuvieran en cuenta; aprender a perder significa ganar la primera batalla y eso sirve para toda la vida. Quienes practiquen cualquier actividad sin quererla, sin sufrirla y sin amarla, difícilmente podrán llegar muy lejos”. Analizando finalmente a los rivales de aquellos años Don Atilio nos señalaba que a “los rivales los vamos encontrando en todas las etapas de la vida, esperando la oportunidad para vencernos. Para mí los rivales difíciles fueron todos. Para triunfar en el deporte hay que querer mucho lo que se hace, hay que sentirlo, hay que vibrarlo, hay que estar dispuesto al sacrificio y a privarse de muchas cosas”. Ese era Atilio Francois, el León de Carmelo, el deportista, el hombre común que supo ganarse la amistad y el afecto de los habitantes de esta ciudad.